Ser transparente es el primer paso crítico para reconstruir la confianza de la gente.
Poner a la sociedad civil al centro de la política pública, les brinda la oportunidad de influir en la legislación de las áreas que más les interesan.
Dada la creciente ola de populismo y opresión a las minorías que se vive en el mundo, es muy importante incluir a los ciudadanos marginados en las conversaciones y en la definición de la política publica, para poder ganar su confianza.
La posibilidad de monitorear y reportar el mal uso del gasto público también ayuda a reconstruir la confianza en las instituciones públicas, al demostrar que el dinero de impuestos se está utilizando correctamente.
Además de sentirse incluida y escuchada, la sociedad civil necesita sentir que el gobierno es responsivo, de lo contrario, la falta de acción genera mayor escepticismo y desconfianza.
La corrupción engendra apatía y desconfianza, reforzando así la percepción de que el gobierno no vela por los intereses de la gente.